La noche de San Juan parece que indica la llegada del Solsticio de verano.
No puede faltar el fuego, que purifica y quema lo viejo y malo, para dejar espacio a nuevas oportunidades y deseos.
Aquí se quemaban muebles viejos, madera y ramas verdes, de higuera o de lo que hubiese. Se hace una pira y arriba se coloca un muñeco de trapos, papeles…
_el mastro_representando así lo malo del año pasado.
Por aquí recuerdo que contaban que los jóvenes entraban en los cobertizos y sacaban los aperos de labranza y los dejaban por los caminos. Lo mismo hacían si a alguien se le olvidaba coger la ropa … A la mañana siguiente aparecía colgada de los árboles.
Yo todavía recuerdo ver carros y otros aperos tirados por las cunetas.
También dejamos fuera un recipiente con pétalos de rosa y azahar y por la mañan te lavas la cara con esa agua.
He reunido lo que he podido, aunque no son exactamente de San Juan.
Saldrán como les da la gana y me imagino las maravillas que habréis reunido, pero yo participo con mis limitaciones y con lo poco reunido.
Marcapáxinas da Cairesa 